Clemátide
La clemátide es una planta ornamental muy popular de la familia de los ranúnculos. Sus diversas especies pueden verse en jardines y parques de casi todos los países de Europa, América, Australia y Japón. Para cada clima se pueden seleccionar y cultivar con éxito distintas variedades de este pintoresco cultivo.
La mayoría de las variedades de clemátides son potentes trepadoras (más de tres metros de largo) que trepan por soportes verticales con la ayuda de hojas adherentes. Los arbustos plisados (de hasta 2,5 metros de altura) no son menos populares. También existen variedades enanas de porte erguido. Todas las variedades tienen un follaje denso.
Esta planta ornamental es diversa en cuanto al color y la forma de sus capullos. Las flores grandes y pequeñas tienen forma de estrellas, cruces, discos, campanas, copas, jarras y tubos. Los ejemplares más grandes alcanzan los 20 cm de diámetro, mientras que las flores pequeñas llegan a medir 2 cm. Los pétalos son de color blanco, escarlata, amarillo, rojo, naranja, rosa, azul, púrpura, violeta, azul brillante... es imposible enumerar toda la paleta de colores de las clemátides. Hay híbridos espectaculares con capullos rayados y extensos núcleos contrastados.
Las flores son agradablemente perfumadas y desprenden (según la variedad) un aroma a almendra, cítricos o jazmín.
Clemátides en el jardín
La estructura de soporte no sólo es un requisito previo para el desarrollo de lianas y arbustos trepadores, sino también un elemento original del paisaje del jardín. Todas las clemátides crecen muy deprisa, con brotes que se alargan 15 cm al día en primavera. Por esta razón, las ramas jóvenes no tienen tiempo de fortalecerse y necesitan un soporte fuerte.
¡Hay tantos soportes sorprendentes en los jardines con clemátides pintorescas! Pueden ser postes, columnas, enrejados intrincados de diversos materiales, arcos, pérgolas. La opción más económica es un simple hilo de pescar, cuyo extremo inferior se fija al suelo junto a las cepas y el superior al travesaño de la valla.
Los árboles, los arbustos, los muros de las pérgolas, las vallas caladas, las esculturas de jardín y las fuentes constituyen un excelente soporte para las trepadoras potentes. Sin embargo, si tu jardín está cerrado por una valla sólida o quieres decorar la fachada de tu casa, necesitarás un enrejado o espaldera.
Especificidades de la plantación y cuidados
Un gran número de variedades de clemátides se diferencian entre sí no sólo por su aspecto, sino también por sus características específicas de cultivo. Nos centraremos en los requisitos más generales de plantación y cuidado, mientras que la información más detallada sobre la agrotécnica de una variedad en particular se puede obtener de los especialistas de la tienda en línea GradinaMax o mediante el uso de la literatura especial.
Las clemátides prefieren los rincones semisombreados del jardín, cuidadosamente protegidos de las ráfagas de viento y las fuertes corrientes de aire. Las plantas se desarrollan y florecen mejor en suelos sueltos y fértiles con un pH neutro o débilmente ácido. El agua subterránea cercana tiene un efecto muy negativo en el sistema radicular y puede incluso matar a los arbustos.
Los jardineros experimentados consideran que la profundidad del hoyo de plantación debe ser exactamente igual a la longitud del contenedor de transporte. Al plantar en una plantación, la distancia entre plantas depende de la variedad y del volumen futuro de su parte aérea. Por regla general, la separación debe ser de entre 70 y 200 cm.
La clemátide requerirá la atención del jardinero durante toda la temporada de crecimiento. En climas cálidos y secos, la planta debe regarse al menos dos veces por semana. La tierra alrededor del perímetro del tronco debe estar siempre húmeda y suelta. Los arbustos jóvenes necesitarán dos cubos de agua en cada riego, pero las plantas adultas necesitarán al menos cuatro cubos. Si se cultivan variedades enanas en contenedores, bastará con cinco litros por ejemplar. También es obligatorio aflojar la tierra, lo que se realiza al día siguiente del riego.
Las clemátides se alimentan unas cinco veces por temporada. Para ello se utilizan abonos nitrogenados (influyen positivamente en el desarrollo de brotes y hojas), complejos minerales de fósforo-potasio (estimulan la formación de brotes) y se aplica periódicamente materia orgánica. No se recomienda el uso de estiércol.
Muchas variedades de clemátide soportan las heladas, pero es necesario prepararlas cuidadosamente para el invierno. Para ello, se construye un refugio para los arbustos:
- se recupera el suelo alrededor del círculo del tallo;
- Los brotes se podan a cuatro yemas;
- arbustos están cubiertos con una caja;
- la tapa se cubre adicionalmente con turba, humus o serrín;
- después de la primera nevada - cubrir con una capa de nieve.
Tenga en cuenta que el exceso de humedad en invierno es especialmente peligroso para las clemátides. Por esta razón, es aconsejable construir una estructura baja en lugar de cubrir la planta directamente en el suelo.
La poda es la fase más importante y tediosa del cuidado de las clemátides. Sólo conocer los trucos del proceso y realizarlos con precisión ayudará a cultivar una planta sana, fuerte y de floración abundante. Las distintas variedades de vides tienen requisitos de poda específicos.
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